Hoy, en este
día tan especial, te invito a que te sumerjas en el mar de la misericordia,
donde están todas las gracias, todas las dulzuras, todas las delicias que
guarda… Jesús en Su Corazón Misericordioso.
Cómo no
estremecerse de amor ante quien nos dice: “Tienes acceso a mí, en cada momento,
en cada día, en cada instante; quiero hablar contigo y entregarte todas mis
gracias, no tengas miedo de tu Salvador Misericordioso.
Yo soy el
primero que me acerco a ti porque sé que tú mismo no eres capaz de elevarte
hasta mí… entra en conversación, persona a persona con tu Padre…
Yo Soy Tu
Dios Rico en Misericordia. Quiero decirte las palabras de amor y perdón y
llenarte de mis gracias. ¡Cuán querida es para mí, tu alma! Te inscribí en mis
manos y quedaste grabado en mi corazón con una profunda herida.
Yo soy tu
fuerza, yo te daré valor para la lucha. Hijo mío no me hables de tus pecados y
miserias, pues yo ya me olvidé de ellos, escucha niño mío lo que te quiero
decir… arrímate a mis llagas y saca todo de la fuente de vida, todo lo que tu
corazón pueda anhelar.
Yo soy el
amor y la Misericordia misma y estoy a la puerta de tu corazón; las gracias de
Mi Misericordia se sacan con un solo vaso y este vaso es el de la confianza…
cuanta más confianza tenga tu alma, más y más recibirá. A las almas que confíen
sin límite, les regalo todos los tesoros de mis gracias”…
Rey de la
Misericordia, gracias por llamarnos a todos y cada uno de los que estamos
reunidos en este instante en Tu nombre y derrama sobre nosotros Tus abundantes
gracias para que por siempre ensalcemos Tu Infinita Misericordia.
Jesús, En Ti Confío.
AMEN…
AMEN…
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