Oraciones (Varias)
Delante del
Santísimo Sacramento
Te adoro,
Creador y Señor, oculto en el Santísimo Sacramento. Te adoro por todas las
obras de tus manos, en las cuales se me revela tanta sabiduría, bondad y
misericordia. Oh Señor, has esparcido tanta belleza sobre la tierra y ella me
habla de tu belleza, aunque es sólo un pálido reflejo de ti, Belleza
incomprensible. Y aunque te has escondido y ocultado, y has ocultado tu
belleza, mi ojo iluminado por la fe, llega hasta ti y mi alma reconoce a su
Creador, a su bien supremo y mi corazón se sumerge completamente en una
plegaria de adoración (1692).
Mi Creador y
Señor, tu bondad me animó a conversar contigo. Tu misericordia hace que
desaparezca el abismo que separa al Creador de la criatura. Hablar contigo, oh
Señor, es el deleite de mi corazón. En ti encuentro todo lo que mi corazón
puede desear. Aquí tu luz ilumina mi mente permitiéndole conocerte cada vez más
profundamente. Aquí los torrentes de las gracias fluyen sobre mi corazón, aquí
mi alma obtiene la vida eterna. Oh mi Creador y Señor, además de ofrecerme
estos dones, tú mismo te entregas a mí y te unes íntimamente a tu criatura.
Aquí nuestros corazones se entienden sin buscar palabras; aquí nadie es capaz
de interrumpir nuestra conversación. Su tema es nuestro secreto que otras
criaturas desconocerán (...) Son los perdones secretos que conocemos sólo Jesús
y yo, es el misterio de su misericordia que abraza a cada alma individualmente.
Por esta inconcebible bondad tuya, te adoro, Creador y Señor, con todo mi
corazón y toda mi alma. Esta adoración mía es muy miserable y pequeña, no
obstante estoy serena, porque sé que tú sabes que ella es sincera aunque tan imperfecta
(1692).
Oración de
acción de gracias
Oh Jesús,
Dios eterno, te doy gracias por tus innumerable gracias y bendiciones. Que cada
latido de mi corazón sea un himno nuevo de agradecimiento a ti, oh Dios. Que
cada gota de mi sangre circule para ti, Señor. Mi alma es todo un himno de
adoración a tu misericordia. Te amo, Dios, por ti mismo (1794).
Para
alcanzar la Divina Misericordia para el mundo entero
Oh Dios de
gran misericordia, Bondad infinita, hoy toda la humanidad clama desde el abismo
de su miseria a tu misericordia, a tu compasión, Oh Dios, y grita con la
potente voz de la miseria. Oh Dios indulgente, no rechaces la oración de los
desterrados de esta tierra. Oh Señor, Bondad inconcebible que conocer
perfectamente nuestra miseria y sabes que por nuestras propias fuerzas no
podemos ascender hasta ti, te imploramos anticípanos tu gracia y multiplica
incesantemente tu misericordia en nosotros, para que cumplamos fielmente tu
santa voluntad a lo largo de nuestras vidas y en la hora de la muerte. Que la omnipotencia
de tu misericordia nos proteja de las flechas de los enemigos de nuestra
salvación para que con confianza, como tus hijos, esperemos tu última venida,
ese día que conoces sólo tú. Y, a pesar de toda nuestra miseria, esperamos
recibir todo lo que Jesús nos ha prometido, porque Jesús es nuestra esperanza:
a través de su Corazón misericordioso, como a través de una puerta abierta,
entramos en el cielo (1570).
Por la santa
Iglesia y por los sacerdotes
Oh Jesús
mío, te ruego por toda la Iglesia: concédele el amor y la luz de tu Espíritu y
da poder a las palabras de los sacerdotes para que los corazones endurecidos se
ablanden y vuelvan a ti, Señor.
Señor, danos sacerdotes santos; tu mismo consérvalos en la santidad. Oh Divino
y Sumo Sacerdote, que el poder de tu misericordia los acompañe en todas partes
y los proteja de las trampas y asechanzas del demonio, que están siendo
tendidas incesantemente para las almas de los sacerdotes. Que el poder de tu
misericordia, oh Señor, destruya y haga fracasar lo que pueda empañar la
santidad de los sacerdotes, ya que tú lo puedes todo (1052).
Oh mi
amadísimo Jesús, te ruego por el triunfo de la Iglesia, por la bendición para
el Santo Padre y todo el clero, por la gracia de la conversión de los pecadores
empedernidos. Te pido, Jesús, una bendición especial y luz para los sacerdotes
ante los cuales me confesaré durante toda mi vida (240).
Oración por
la Patria
Jesús
misericordiosísimo, te pido por la intercesión de tus santos y, especialmente,
por la intercesión de tu amadísima Madre que te crió desde la niñez, bendice a
mi Patria. Te ruego, Jesús, no mires nuestros pecados, sino las lágrimas de los
niños pequeños, el hambre y el frío que ellos sufren. Jesús, en nombre de estos
inocentes, concédeme la gracia que te pido para mi Patria (286).
Oración para
alcanzar el amor de Dios
Dulcísimo
Jesús, incendia mi amor por ti y transfórmame en ti. Divinízame para que mis
obras te sean agradables. Que esto pueda ser obtenido por el poder de la santa
Comunión que recibo diariamente (1289).
Oración para
obtener una comprensión de Dios
Jesús, dame
la inteligencia, una gran inteligencia sólo para que pueda conocerte mejor;
porque cuanto más te conozca, tanto más ardientemente te amaré. Jesús, te pido
una inteligencia poderosa para que pueda comprender las cosas divinas y
elevadas. Jesús, dame una gran inteligencia con la que llegaré a conocer tu
esencia Divina y tu vida interior, trinitaria. Capacita mi mente con tu gracia
especial. Aunque yo sé de la capacitación por la gracia que me concede la
Iglesia, no obstante existe un gran tesoro de gracias que tú, Señor, conceder
cuanto te lo pedimos. Y si mi súplica no te agrada, te pido que no me des
inclinación a tal oración (1474).
Actos de
confianza
Oh Dios mío,
mi única esperanza, en ti he puesto toda mi confianza y sé que no me
desilusionaré (317).
***
Conozco toda
la omnipotencia de tu misericordia y confío en que me darás todo lo que
necesita tu débil niña (898).
***
Oh Jesús,
escondido en el Santísimo Sacramento, mi único Amor y Misericordia, te
encomiendo todas las necesidades de mi alma y de mi cuerpo. Tú puedes ayudarme
porque eres la misericordia misma; en ti toda mi esperanza (1751).
Oración de
confianza
Acudo a tu
misericordia, Dios compasivo, ya que sólo tú eres bondad. Aunque mi miseria es
grande y mis ofensas numerosas, confío en tu misericordia porque eres Dios de
misericordia y desde tiempo inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la
tierra recuerdan que un alma confiada en tu misericordia, haya quedado decepcionada.
Oh Dios de
piedad, sólo tú puedes justificarme y jamás me rechazarás cuando yo,
arrepentida, me acerque a tu Corazón misericordioso del cual nadie ha sido
rechazado jamás, aunque haya sido el pecador más grande (1730).
Oración para
alcanzar la gracia de ejercitar misericordia hacia el prójimo
Deseo
transformarme en tu misericordia y ser un vivo reflejo de ti, oh Señor. Que
este más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a
través de mi corazón y mi alma al prójimo. Ayúdame Señor, a que mis ojos sean
misericordiosos para que yo jamás sospeche o juzgue según las apariencias, sino
que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.
Ayúdame Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las
necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos.
Ayúdame Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás critique a mi
prójimo sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón para todos.
Ayúdame Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras
para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargar sobre mí las tareas más
difíciles y penosas.
Ayúdame Señor, a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure
a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. Mi reposo
verdadero está en el servicio a mi prójimo.
Ayúdame Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los
sufrimientos de mi prójimo. A nadie le rehusaré mi corazón. Seré sincera
incluso con aquellos de los cuales sé que abusarán de mi bondad. Y yo misma me
encerraré en el misericordiosísimo Corazón de Jesús. Soportaré mis propios
sufrimientos en silencio. Que tu misericordia, oh Señor, repose dentro de
mí.
Jesús mío, transfórmame en ti porque tú lo puedes todo (163).
Oración por
los pecadores
Oh Dios de
gran misericordia, que te dignaste enviarnos a tu Hijo Unigénito como el mayor
testimonio de tu insondable amor y misericordia, tú no rechazas a los pecadores
sino que también a ellos has abierto el tesoro de tu infinita misericordia, del
que pueden recoger en abundancia tanto la justificación como toda santidad a la
que un alma puede llegar. Padre de gran misericordia, deseo que todos los
corazones se dirijan con confianza a tu infinita misericordia. Nadie podrá
justificarse ante ti si no va acompañado por la insondable misericordia tuya.
Cuando nos reveles el misterio de tu misericordia, la eternidad no bastará para
agradecerte por ella debidamente (1122).
***
Oh Jesús, qué pena me dan los pobres pecadores. Oh Jesús, concédeles el
arrepentimiento y la contrición. Acuérdate de tu dolorosa pasión. Conozco tu
infinita misericordia, no puedo soportar que perezca el alma que tanto te
costó. Oh Jesús, dame las almas de los pecadores. Que tu misericordia descanse
en ellas; quítame todo, pero dame las almas. Deseo convertirme en hostia
expiatoria por los pecadores. Que el cuerpo esconda mi sacrificio, ya que tú
también escondes tu
santísimo Corazón en la Hostia, a pesar de ser una inmolación viva. Transfórmame
en ti, oh Jesús, para que sea una víctima viva y agradable a ti. Deseo
satisfacerte por los pecadores en cada momento (...) Oh Creador mío y Padre de
gran misericordia, confío en ti porque eres la bondad misma (908).
En el
sufrimiento
Oh Hostia
viva, sostenme en este destierro para que pueda seguir fielmente las huellas
del Salvador. No te pido, oh Señor, que me bajes de la cruz sino que me
permitas perseverar en ella. Deseo ser extendida en la cruz como tú, Jesús.
Deseo experimentar todos los tormentos y dolores que tú sufriste; deseo beber
el cáliz de la amargura hasta el fondo (1484).
***
Oh mi Jesús,
dame fuerza para soportar los sufrimientos y para que mi boca no se tuerza
cuando bebo el cáliz de la amargura. Ayúdame tú mismo para que mi sacrificio te
sea agradable: que no lo profane mi amor propia. Que te alabe, oh Señor, todo
lo que hay dentro de mí: la miseria y la fuerza (1740).
Oraciones en
la hora de la Misericordia
Oh Sangre y
Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús como fuente de misericordia
para nosotros - en vos confío (187).
***
Oh Jesús, te
entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor. La justicia
de tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro tuyo y todos tus
anonadamientos son actos de tu misericordia y tu inconcebible amor (...) Cuando
estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos donaste tu vida eterna, al
haber permitido abrir tu sacratísimo costado nos abriste una inagotable fuente
de tu misericordia; nos ofreciste lo más valioso que tenías, es decir, la
sangre y el agua de tu Corazón. He aquí la omnipotencia de tu misericordia, de
ella toda gracia fluye a nosotros (1447).
***
Oh Jesús,
Verdad eterna, Vida nuestra, te suplico y mendigo tu misericordia para los
pobres pecadores. Dulcísimo Corazón de mi Señor, lleno de piedad y de
misericordia insondable, te suplico por los pobres pecadores. Oh sacratísimo
Corazón, fuente de misericordia de donde brotan rayos de gracias inconcebibles
sobre toda la raza humana. Te suplico luz para los pobres pecadores. Oh Jesús,
recuerda tu amarga pasión y no permitas que se pierdan las almas redimidas con
tan preciosísima, santísima sangre tuya. Oh Jesús, cuando considero el alto
precio de tu sangre, me regocijo en su inmensidad porque una sola gota habría
bastado para salvar a todos los pecadores (...) Oh, qué alegría arde en mi
corazón cuando contemplo tu bondad inconcebible, oh Jesús mío. Deseo traer a
todos los pecadores a tus pies para que glorifiquen tu misericordia por los
siglos de los siglos (72).
***
Oh Jesús
extendido sobre la cruz, te ruego concédeme la gracia de cumplir fielmente con
la santísima voluntad de tu Padre en todas las cosas, siempre y en todo lugar.
Y cuando esta voluntad me parezca pesada y difícil de cumplir, es entonces que
te ruego, Jesús, que de tus heridas fluyan sobre mí fuerza y fortaleza y que
mis labios repitan constantemente: hágase tu voluntad, Señor.
Oh Salvador
del mundo, Amante de la salvación humana que entre terribles tormentos y dolor,
te olvidaste de ti mismo para pensar únicamente en la salvación de las almas.
Compasivísimo Jesús, concédeme la gracia de olvidarme de mí misma para que
pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la obra de salvación, según
la santísima voluntad de tu Padre (1265).
***
Expiraste,
Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y se abrió el mar de
misericordia para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable misericordia
de Dios, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros (1319).